La desnudez de su obra, forzada y provocada,
pertenece más a lo visual que a lo arquitectónico. Es elegante y seductora, gélida y teatral, admite un orden manifiesto de gran simplicidad que se desvanece con un simple movimiento de alguno de
los objetos y requiere una mirada dirigida y vectorial del espacio. Buen diseñador, sus objetos tienen la capacidad de expresar sus ideas, y sus diseños se construyen con importantes firmas de
mobiliario. Su arquitectura se basa en sensaciones, placeres visuales que se destilan de amplias perspectivas, solidez a partir de una paleta reducida de recursos constructivos, que aplica
sistemática y rigurosamente, y de un lenguaje clásico y depurado. Minimalismo puro y duro. Sin más. Ni menos.
vía: http://www.elcultural.es/revista/arte/John-Pawson-puro-minimalismo/5150
ANTÓN GARCíA-ABRIL | 10/07/2002